Al principio pensé "seguro que es una basura", luego me dije "bueno, a lo mejor no está mal y me sorprende, voy a escucharla" y después de oirla volví al principio. Es decir, a comprobar in situ que, efectivamente, es una mierda pinchada en una piruleta con sabor a caca de periquito.
Alejandro Sanz, el artista español mas sobrevalorado de la historia de estas tierras ibéricas, y Alicia Keys, aquel diamante en bruto que cada vez se parece más a una piedra cualquiera de un río cualquiera, se juntan en un bodrio de canción para demostrarnos que no es difícil hacer cosas sorprendentemente... malas.
Voy a ahorrarme los comentarios sobre al autor de "Los chulos son pa' cuidarlos", porque básicamente no merece la pena. Pero lo de Alicia Keys de aquí a unos años es deprimente...
Ya escribiré largo y tendido sobre la Neoyorquina...
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