Todo el mundo conoce o habrá visto el famoso logotipo del Parental Advisory. Suele estar en las portadas de discos con letras escandalosas, llenas de perversión, lujuria y/o violencia.
Dicen que todo ocurrío allá por el año 1983/84. Un famoso congresista de los EEUU pilló a su hija preadolescente escuchando canciones de un tal Prince. Las letras hablaban de sexo, sexo y más sexo, del explícito vaya. Vamos, que eso de caca, pedo, culo y pis era bambi comparado con lo que decia el de Minneapolis. El político en cuestión movió cielo y tierra para sacar una ley para que todo aquel que se atreviera a publicar letras malsonantes en sus álbumes tuviera la obligación de sacar, en una esquina de la portada, la famosa pegatina. No es que fuese el único desencadenante de toda esta historia, sino una de las muchas gotas que colmaron el vaso, ya que por aquella época el Heavy Metal estaba entredicho por la cantidad de letras e imágenes ofensivas. Según los galácticos de la época, claro.
Desconozco quién era/es el encargado de escuchar todos los discos que salen todos los años en EEUU para dictaminar que es grosero y que no. Trabajo no le falta. No me extrañaría nada que tuviesen un ejercito de frikazos neoliberales, amigos del antiguo testamento, con un botón rojo en el escritorio en conexión directa con la sede del partido republicano.
En cualquier caso consiguieron lo contrario. Cuando al ser humano le dices que NO (aunque en este caso sea una advertencia), buscan el SI por tierra, mar y aire. Entre los que yo me incluyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario