No, no ha sido una espina, ha sido una espada lo que me han sacado en el día de hoy. Contra todo pronóstico hemos conseguido 4 entradas para el concierto de U2 en Barcelona, el dia 30 de junio.
Era 1997, tenia 16 años, y Michael Jackson actuaba en Valladolid y 2 días después lo hacía U2 en Madrid. Mi progenitora me dijo que tenía que elegir. No podía ser que el señorito fuese a los dos. Uno, solo uno. Elegi al amigo de los niños, no me arrepenti pero me quede hecho polvo.
4 años mas tarde, los irlandeses volvian a España con su Elevation Tour, pero por aquella época mis bolsillos no se podian permitir ese gasto. La espinita se convertia en espinazo...
2005. Los cabrones vuelven a la península, tengo dinero, tengo tiempo, paso 15 horas de cola para pillar las entradas y me quedo sin ellas. Todo agotado. Es entonces cuando noto cómo el destino me clava una espada de 2 metros en la nuca...
¡¡¡Y sí!!!! Hoy por fin, después de otros 4 años, y después de aquel verano del 97, puedo decir que voy a ir a ver a U2 en concierto. He dicho.
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